Nace en Ulm (Alemania) el 14 de marzo de 1879, de padres judíos.
Comienza a ir a una escuela primaria católica en Munich donde pasó su juventud. Allí su familia poseía un pequeño local que fabricaba maquinaria eléctrica.
No habló hasta la edad de tres años, pero aún de joven mostró una brillante curiosidad en torno a la naturaleza y una habilidad para entender difíciles conceptos matemáticos.
A los doce años aprendió geometría por sí mismo.
El resto de su educación no es extraordinaria, concluyendo sus estudios superiores en la Escuela Politécnica Federal Suiza.
Allí conoció a Mileva Maric, con quien se casa en 1900. No resultó ser un matrimonio feliz.
nacen dos hijos de esta unión: Hans Albert, quien fuese profesor de Hidráulica en Berkeley, California, donde muere en 1973 y Eduardo quien falleciera en 1965.
Después de su divorcio, Einstein se casa con su prima Elsa. Aunque ella no entendía el trabajo del físico, resultó un enorme apoyo en la carrera de Einstein.
Ella le organizó un hogar propicio para el trabajo intenso de investigación.
Más importante aún, fue el cuidado que tuvo al organizar y restringir el número de visitantes que aspiraban hablar con Einstein, un número muy elevado, debido a la gran fama que, a pesar de él mismo, había adquirido.
Margot, hija del primer matrimonio de Elsa, le acompañó en Princeton hasta sus últimos días, ya que Elsa había muerto en los años cuarenta.
Einstein odiaba el aburrido régimen y el espíritu poco imaginativo de la escuela en Munich. Cuando, debido a repetidos fracasos comerciales, su familia hubo de dejar Alemania para emigrar a Milan, Italia, Einstein -que entonces tenía 15 a&ntildde;os- aprovechó la oportunidad para dejar los estudios. Pasó un año con sus padres en Milan, y cuando se le hizo evidente que tendría que arreglárselas por sí mismo, completó sus estudios secundarios en Arrau, Suiza, y entró al Politécnico Nacional.
En la primavera de 1905, luego de estudiar la naturaleza de la materia y la radiación, y cómo interactuaban en algún tipo de modelo unificado del mundo por diez años, Einstein comprendió que la raíz del problema yacía no en una teoría de la materia, sino en una teoría de la medición. Fue capaz de proponer una descripción correcta y consistente de los eventos físicos sin recurrir a presunciones especiales sobre la naturaleza de la materia o la radiación, pero virtualmente nadie comprendió el argumento de Einstein.
De todas maneras, su estrella comenzó a crecer dentro de la comunidad física. Luego ascendió rápidamente en el mundo académico alemán; su primer puesto fue en la Universidad de Zurich, en 1909. En 1911 se mudó a la Universidad alemana de Praga, y en 1912 retornó al Politécnico Nacional de Suiza. Finalmente, en 1913 fue nombrado director del Instituto Kaiser Wilhelm para la Física, en Berlín.
En los fundamentos de la teoría general de la relatividad, Einstein dio razones sobre las previamente inexplicables variaciones en el movimiento orbital de los planetas, y predijo la curvatura de la luz estelar en las cercanías de un cuerpo masivo, tal como el sol.
La confirmación de este fenómeno durante un eclipse solar en 1919 se transformó en un evento muy publicitado, y la fama de Einstein recorrió el mundo.
A partir de 1919, Einstein tuvo renombre internacional. Recogió honores y premios, incluyendo el Nobel de Física en 1922, de parte de varias sociedades científicas del mundo. Su visita a cualquier lugar del planeta era un evento nacional; los fotógrafos y los reporteros lo seguían a todas partes.
Pese a lamentar la pérdida de su intimidad, Einstein capitalizó su fama para promover sus propias ideas políticas y sociales.
Los dos movimientos sociales que recibieron su apoyo incondicional fueron el pacifismo y el Sionismo. Durante la Primera Guerra Mundial fue uno del puñado de académicos alemanes que se atrevió a criticar la participación de Alemania en la guerra. Luego, su continuado apoyo a los objetivos pacifistas y sionistas lo convirtieron en el blanco de viciosos ataques por parte de los antisemitas y extremistas de derecha en Alemania. Aún sus teorías científicas fueron ridiculizadas
públicamente, en especial la teoría de la relatividad.
Cuando Hitler accedió al poder, Einstein decidió de inmediato abandonar Alemania y viajó a los Estados Unidos. Allí consiguió un puesto en el Instituto de Estudios Avanzados de Princeton, Nueva Jersey.
En tanto continuaban sus esfuerzos en favor del sionismo internacional, se vio forzado a abandonar su pacifismo ante la terrible amenaza que el régimen Nazi de Alemania significaba para la humanidad.
En 1939 Einstein colaboró con varios físicos en la redacción de una carta al presidente Franklin D. Roosevelt, indicándole la posibilidad de fabricar una bomba atómica y la probabilidad de que el gobierno alemán se estuviera embarcando en tal proyecto. La carta, que llevaba sólo la firma de Einstein, ayudó a apurar los esfuerzos americanos para construir la bomba, pero Einstein mismo no tuvo parte en el trabajo, y desconocía todo sobre él en ese momento.
Tras la guerra, Einstein se involucró activamente en la causa del desarme internacional y el gobierno mundial. Continuó apoyando activamente al sionismo, pero declinó la oferta de convertirse en presidente del estado de Israel. En los EEUU, hacia fines del 40 y principios de los 50, abogó por la necesidad de que los intelectuales de la nación hicieran cualquier sacrificio necesario para preservar las libertades políticas.
Einstein murió en Princeton el 18 de Abril de 1955.
Sus esfuerzos en favor de causas sociales muchas veces fueron vistos como irreales. En realidad, todas sus propuestas eran objeto de su mayor atención. Como sus teorías científicas, estaban motivadas por una clara intuición, basada en un agudo y cuidadoso criterio que consideraba primordiales la observación y la evidencia.
Aunque Einstein dio mucho de sí en pos de causas políticas y sociales, la ciencia siempre ocupó el primer lugar para él porque, como solía decir, sólo el descubrimiento de la naturaleza del universo tiene un significado perdurable.
La primera teoría de la relatividad.
Además de las significativas medidas de Michelson y Morly, los físicos de la década 1890-1900 se encontraban con dos logros teóricos.
Goerge FitzGerald del Trinity Collage (Dublin), había buscado una salida a los controversiales experimentos del éter: Los objetos se contraen, mientras ellos son desplazados.
Similarmente, se podía mostrar que hasta el tiempo se "alargaba" a consecuencia del desplazamiento del reloj que lo cronometrase.
Un segundo gran adelanto fue presentado por Hendrik Anton Lorentz, holandés, que había analizado las ecuaciones de Maxwell, y había llegado a la conclusión, que en la naturaleza de la electricidad y magnetismo se observaban simetrías no evidentes a sus predecesores, en particular a las simetrías consideradas por Galileo Galilei, en el contexto de la mecánica clásica.
Es la mente brillante de Einstein, quien reúne todos estos adelantos y nos lleva a un principio fundamental de toda la naturaleza, ya no ligado al fenómeno medido por Michelson, o bien al fenómeno electromagnético, mostrado en las ecuaciones de Maxwell.
Una magnífica ilustración de la generalidad de esta idea de Einstein (conocida como la teoría de la Relatividad Restringida o Especial) la provee muchos años más tarde el físico Paul Adrian Maurice Dirac, quien aplica el principio ya mencionado a la mecánica microscópica y predice la existencia de la antimateria, previo de su descubrimiento en e laboratorio, por Carl Anderson del Instituto Tecnológico de California en 1932.
La segunda teoría de la relatividad.
E n el año 1913, Einstein se establece en Berlín donde concluye en un par de años, el trabajo que le venía preocupando desde 1905, fecha en que publicó la teoría de la Relatividad Especial.
Desde la época en que Isaac Newton desarrolló su teoría de la gravitación universal, todas las observaciones astronómicas venían descritas en términos newtonianos.
Sin embargo existían algunos casos excepcionales como el de la órbita anómala del planeta Mercurio. La teoría propuesta por Einstein de 1915 a 1916 pasa muy bien esta dificultad con la órbita de Mercurio, y surge la posibilidad de un nacimiento explosivo del universo, a partir de una "bola infinitesimal de energía".
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Algunos pensamientos y frases dichas por Einstein:
* EL DERECHO DE TODO HOMBRE ES ESCUCHAR SU CONCIENCIA Y ACTUAR SEGUN ESTA SE LO DICTE.
Después de las bombas que destruyeron Japón, Einstein reflexionó: "Si hubiera sabido esto, me habría dedicado a la relojería"
* No sé cómo será la III Guerra Mundial, pero sí la IV... con piedras y palos."
* ¿Azar? Jamás creeré que Dios juega a los dados con el mundo.
* Un hombre debe buscar lo que es y no lo que cree que debería ser.
* La emoción más hermosa y más profunda que podemos experimentar es la sensación de lo místico. Es el legado de toda ciencia verdadera. Aquel al que su emoción le es esconocida, que ya no se pregunta ni está en estática reverencia, vale tanto como si estuviera muerto. Tener el conocimiento y el sentimiento de que lo que es impenetrable para nosotros realmente existe, que se manifiesta en la suprema sabiduría y en la más radiante belleza que nuestras torpes facultades sólo pueden comprender en sus formas más primitivas, está en el centro de toda verdadera religiosidad.
* La vida de un hombre sin religión no tiene sentido; y no sólo lo convierte en un desdichado, sino en un ser incapaz de vivir.
* El admitir que existe Algo en lo cual no podemos penetrar; el pensar que las razones más profundas, que la belleza más radiante que nuestra mente pueda alcanzar, son sólo sus formas más elementales de expresión; ese reconocimiento, esa emoción, constituye la actitud verdaderamente religiosa.
En ese sentido yo soy profundamente religioso.
* La luz es la sombra de Dios.
* La Ciencia es una tentativa en el sentido de lograr que la caótica diversidad de nuestras experiencias sensoriales corresponda a un sistema de pensamiento lógicamente ordenado.
* La ciencia sin religión está coja y la religión sin ciencia está ciega.
* Si perdemos el sentido del misterio, la vida no es más que una vela apagada.
* La energía no se crea, siempre existe, y no se destruye, solamente se transforma por medio del pensamiento o voluntad de quien la maneja".
* Nunca pienso en el futuro. Este llega lo suficientemente rápido.
* Todo debe simplificarse hasta donde sea posible, pero nada más.
La imagen de Einstein.
La imagen que nos ha llegado de Einstein, es la de los últimos años de su vida, los cuales pasó en los Estados Unidos, debido a sus bien conocidas dificultades con el régimen nazi.
Su apariencia física asemejaba la de un líder religioso, sus cabellos canosos y despeinados. Sus ojos reflejaban una mezcla de la profundidad de sus pensamientos y, a su vez, de tristeza. Esta imagen ha ido evolucionando en la mente popular y nos queda más bien una caricatura.
Sin embargo, si indagamos un poco más allá encontramos una personalidad casi tan impresionante como su trabajo en la física teórica.
Einstein creía en un mundo de simplicidad y armonía. Un aspecto de su personalidad que impresionaba profundamente a quien le conocía era su sentido del humor.
Aunque su interés por la física era absorbente, Einstein tuvo una activa participación en los eventos más importantes de su época. Fue altamente estimado por sus contemporáneos. Esto llegó a tal extremo que se le ofreció la Presidencia de Israel. Fue de gran importancia la carta enviada al Presidente Roosevelt haciéndole ver el peligro de la construcción de la bomba atómica por parte de Alemania.
Justo hasta sus últimas horas estuvo involucrado en actividades para el beneficio de la humanidad. Junto con Bertrand Russell se propuso la redacción de una declaración de científicos reconocidos, alertando sobre el peligro del armamento nuclear.